COUR TEATRO presenta

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domingo, 12 de abril de 2009

"COUR TEATRO E IGNACIO PAJÓN LEYRA" por Héctor Martínez


Héctor Martínez
  • Licenciado en Filosofía por la U.C.M
  • Diplomado en Literatura por la Sociedad Cervantina de Madrid
  • C.A.P Instituto de Ciencias de la Educación U.C.M
  • Profesor de Filosofía, Lengua y Literatura E.S.O y Bachillerato LOGSE.
  • Preparador de Selectividad LOGSE, UNED LOGSE y UNED E.C.C
  • Y autor de diferentes libros
hace una reflexión sobre la obra "Cualquier lugar, cualquier día" en su página web:

La reproducimos de manera íntegra:


Publicado en TeatroUnas noticias y otros tagged  a 16:52 por retratoliterario

I. Pajón Leyra

I. Pajón Leyra

Ya en otros artículos he hablado al lector de Ignacio Pajón Leyra. Así, de su Fenomenología de la incertidumbre(Fundamentos, 2002), de El muérdago (Fundamentos, 2002) y de Cualquier lugar, cualquier día (ATT, 2006), obra, ésta última, traducida al inglés por Stella Fernández (Cambridge BrickHouse Books. Lawrence (Massachussets). 2007), y al francés por Jordane Sauvaire (2008); obra que de nuevo es la razón por la que el autor aparece un día más entre las páginas de Retrato Literario.

Cualquier lugar, cualquier día vuelve a ser noticia por dos motivos: su segunda edición el pasado año 2008, esta vez en Ediciones Antígona, y el encontrarse actualmente en cartel del Teatro Espada de Madera con la compañía Cour Teatro durante el mes de abril en curso. Ya fue estrenada en Cádiz el 20 de junio de 2008 por el Grupo de Teatro Al Desnudo y de nuevo sube a las tablas en la capital.

Se trata de la obra de mayor difusión nacional e internacional, hasta el momento, de Ignacio Pajón, celebrada de continuo en este espacio. Y una vez más, Retrato Literario quiere prestar su apoyo incondicional a autor y texto, como admirador y amigo.

A sabiendas de que mi lectura de la obra difiere en mucho de otras visiones y artículos, no reincidiré en ella ahora, remitiendo al lector a las entradas anteriores. En cambio, quiero añadir alguna nota más en la nueva ocasión presentada, algo no dicho aún, para evitar la reiteración. Hoy he de fijarme en que se trata de piezas breves, ocho para ser exactos, y su perspectiva histórica.

Cuando me volvió a las mientes la obra, reparé en un rasgo que antes no me saltó a la vista. ¿Será posible que podamos leerla en una dirección u otra? ¿Podremos leerla a saltos? No me pregunte el lector cómo llegué a este pensamiento. Soy, como muchos otros, de esos que en no pocas ocasiones cogen el libro y le miran las últimas páginas, aunque no para saber el volumen y cantidad; y luego voy echando las hojas en el sentido contrario. Quizás lo haga para no topar de bruces con el prologo o la introducción que me rompan la ilusión de hacerme una idea antes, por mis propios medios. El caso es que me respondí que sí, que era posible ir hacia atrás en el tiempo y el espacio con Pajón leyra. Empezar por el epílogo, el aquí y ahora de una puerta de teatro, y viajar hasta las Termópilas del 480 a.c. Como en un “giro copernicano”, lo observado sigue siendo lo mismo. Esto confirmó mi sospecha de que el autor no ha buscado una progresión cronológica y lineal, en que cada momento y lugar sean argumento sedimentado para el presente. Por ello son piezas breves y separadas, independientes entre sí, pero entrelazadas. Es decir, en la inversión del tiempo, descubrí la razón de ser, formalmente, ocho cuadros distintos: la unión entre ellos no es temporal, sino la reiteración de un mismo motivo, por lo que no cabe aducir que hoy deberíamos haber aprendido del ayer, que nuestros días tendrían que ser mejores que aquéllos otros del pasado. Si algo más ha de destacarse en la obra, es esta cura de la “enfermedad histórica” y de la idea moderna de progreso.

Puede, empero, inducir a error que los episodios sean de escenario “histórico”; el mismo error en que caerían quienes se fijaran en las fechas más que en el título. Pajón Leyra podría haber confeccionado otras ocho piezas más, o no hubiera necesitado irse mucho tiempo atrás. Lo “histórico” no es más que el telón de fondo de esta historia de un error; uno y el mismo. Acaso sea la simple necesidad de que el público conozca el contexto, más o menos, para lograr que, en la brevedad, aquél pueda identificar el tema sin tener que saber de historia. Y de aquí, es posible reenganchar con mi lectura de entonces, la que, desgranando el título como criterio para el texto, no veía un simple anti-belicismo o pacifismo, sino una raíz más profunda, menos idealista, más intemporal.

Cour Teatro

Cour Teatro

Aún no he podido acudir a las representaciones en el Teatro Espada de Madera, aunque me consta, por el boca a boca, el gran trabajo de Cour Teatro -Ester González, Olga Goded y Nacho Hevia- en las seis representaciones de esta obra que llevan a sus espaldas, con lo que están avaladas las otras seis que les quedan por delante, tras la Semana Santa, en la calle Calvario de Madrid, hasta el día 25 de abril, de jueves a sábado a las 20:30 horas.

Héctor Martínez

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